XENOGLOSIA, ¿REALIDAD O FICCIÓN?

Author: Mario Taborda /

‘Los hechos a menudo lucen increíbles sólo porque estamos mal informados, y dejan de parecer maravillosos cuando nuestro conocimiento se expande.’
                                                          Sir Francis Bacon

Xenoglosia (del griego “xenos”: extraño o extranjero, y “glosa”: lengua o lenguaje) es la capacidad que tienen algunas personas para hablar en idiomas que desconocen.
Este fenómeno generalmente se observa en personas con estados alterados de la conciencia o traumas cerebrales. Claro que esto era desconocido para la joven de 13 años que ingresó al Hospital KB de Split en 2010. Aquí la noticia:

“Desde que la joven de 13 años, procedente de la ciudad de Knin, despertó del coma sólo habla alemán, en un nivel muy superior al que ella tenía. Según informa el diario Daily Mail, la joven es incapaz de hablar croata, y se niega a intentarlo.El director del hospital KB de Split, Dujomir Marasovic, ha explicado al citado diario que todavía están tratando de averiguar qué causó el trauma y porqué la chica parece haber olvidado cómo se hablaba croata.                                                                                          
Marasovic explica que “uno nunca sabe cómo va a reaccionar el cerebro cuando se recupera de un trauma. Es evidente que tenemos algunas teorías, aunque por el momento no podemos dar más información porque tenemos que respetar la privacidad del paciente.                                                                                  Varios médicos han examinado a la joven, sorprendidos por tan misterioso caso. La niña aún está ingresada en el hospital y recibe las visitas periódicas de sus familiares, a pesar de la frustración que supone no poder comunicarse con ella. El personal del hospital ha tenido que recurrir a un intérprete para traducir las palabras de la adolescente.”  

Leyendo esta noticia uno podría pensar que estamos viviendo a principios del siglo XX, pero lo cierto es que estos fenómenos siguen produciéndose, como este otro caso ocurrido en 2007, donde un piloto checo de motos, Matej Kus de 18 años, se golpeó la cabeza tras un accidente y quedó inconsciente durante 45 minutos.
Al despertar en la ambulancia hablaba fluidamente en inglés. ¿Dónde está la noticia? Pues que Matej había empezado a estudiar inglés el mismo año en que tuvo el accidente y, según sus amigos, su nivel no era muy bueno. Peter Waite, el promotor del equipo de Kus, los Berwick Bandits, hizo las siguientes declaraciones: “No me podía creer lo que oía. Hablaba con un claro acento inglés, nada de dialectos o algo así. Lo que sea que paso durante el accidente debe de haber reordenado algo en su cabeza. Antes del mismo, el inglés de Matej era nefasto, para decirlo claramente. Se esforzaba en ser comprendido y estaba empezando a mejorar poco a poco. Y de repente, estábamos allí en la puerta de la ambulancia oyendo a Matej hablar a los paramédicos en un perfecto inglés. Fue increíble. Al recuperar el conocimiento, Matej no tenía ni idea de quien era o donde estaba, ni siquiera sabía que era checo”.
Buscando una explicación
Obviamente, estos casos son reales, pero una cosa es el fenómeno y otra muy distinta la explicación. Tal vez, muchos de ustedes habrán escuchado hablar de reencarnación, memoria genética, cerebro holográfico, campos morfogenéticos y otras explicaciones más, pero pienso que tenemos explicaciones más a mano y más trabajadas que las mencionadas anteriormente para animarnos a encontrar una respuesta.
Hace dos días deslizaba en mi blog de música la posibilidad que Mozart padeciera el síndrome de Williams. Pero, ¿qué relación puede existir entre este síndrome y la xenoglosia? Sencillamente, que ambos fenómenos ocurren en el cerebro.
La hipótesis que, a mi entender, los explica mejor es la de los fenómenos de liberación de funciones cerebrales o “release of  function”.  Según esta hipótesis, el sistema nervioso está compuesto de diversos niveles evolutivos, que con el tiempo aumentan en complejidad y en el número de sus interconexiones. Por regla general, las regiones evolutivamente más jóvenes serían las dominantes, inhibiendo las funciones de las regiones más antiguas. Esto significaría que, cuando se produce una lesión en una región del sistema nervioso muy compleja y más moderna, evolutivamente hablando, no sólo tendrían lugar síntomas negativos en relación con la función de esa región, sino también signos positivos por liberación de la función de las otras regiones que evolutivamente son más antiguas y que están inhibidas. Esto explica el hecho que, por ejemplo, los reflejos de succión que posee un bebé (como “el peque Lauti”, jajaja), más tarde sean inhibidos al desarrollarse estructuras más modernas, como la corteza cerebral. Pero si por un accidente se produjese una lesión en esa parte de la corteza, como suele ocurrir en enfermos con enfermedades degenerativas como la demencia de Pick o el Alzheimer, estos reflejos volverían a aparecer.
En cualquier caso, lo que queda expuesto una vez más, de modo irrefutable, es la existencia del “inconsciente”, una organización de procesos cerebrales aún más compleja que la conciencia.
Sin duda, tenemos una capacidad de almacenamiento casi ilimitada, pero nuestra conciencia sólo abarca un porcentaje muy pequeño de esa capacidad. Por eso, en situaciones de trauma cerebral o en estados alterados de la conciencia, algunas personas podrían tener acceso a regiones del cerebro que están vedadas normalmente para la mayoría de nosotros. Y es posible que debido a esta limitación de la conciencia, amplias regiones del cerebro con funciones aún desconocidas no se manifiesten debido a la inhibición de otras regiones que usamos conscientemente. Por lo tanto, una capacidad limitada de manipulación consciente de la información no significa que lo que normalmente utilizamos sea todo lo que potencialmente podríamos utilizar. En otras palabras, no podemos aprovechar toda la potencialidad de nuestro cerebro porque la utilización de unas funciones se hace a costa de otras mediante mecanismos que aún desconocemos.
Descartando el fraude y las explicaciones sobrenaturales, me inclino a pensar que los pacientes con xenoglosia muestran ciertas capacidades que tenemos todos, pero que están normalmente inhibidas en nosotros.
La ciencia dirá la última palabra.

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Me llamo Mario Alberto Taborda y soy el creador de este blog. Soy Bioquímico, especialista en Ensayos y Control de Métodos y Profesor Superior en Bioquímica. Vivo en Rosario (Argentina).

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